SERGIO LECLERC FRITZ

Florecen los montes del sur de Quellón, y los bosques dormidos encuentran descanso con el canto del chucao, a la distancia se escucha el último suspiro del crepúsculo isleño, la joven Jazmín, se apresta a conciliar el sueño, ayudado del cansancio de aquella tarde, cuando concluía su labor en la huerta familiar, que le llevó todas sus energías de joven moza chilota.

Suave y dulce se entrega a las caricias del sueño, aún  recordando como aquella larga tarde, con cada "gualatazo" se esfumaba sus pretensiones y anhelos con los últimos rayos de luz, aquel sol veraniego que se escondía en el hrizonte.

No esperó a que su madre -doña Clara-, le sirviera un reconfortante caldo de gallina chilota, que seguramente le repondría sus fuerzas perdidas en el "papal".