

Poesía declamada
El particular estilo del escritor, pintor y poeta Sergio Leclerc Fritz, le ha significado participar en diferentes encuentros poéticos de la región y del País. En ocasiones la forma de declamar su poesía, significa largos aplausos en respuesta a la composición de su prosa. A la fecha posee alrededor de 8 CDs autograbados de poesía.
01
Mi herida
Sergio Leclerc Fritz
Esta herida mía
que atraviesa mi pecho,
este dolor amargo
de no tenerla junto a mí.
Este morir de amor,
esta pasión de mi alma,
¿Cómo poder arrancarla
de mi pecho que sangra?.
¿Cómo deshacer mis sueños
de mis noches que no acaban?,
¡De qué forma vivir,
si su amor me hiere!.
Y perdido estoy,
porque probé su falaz
y dulce boca,
de su amor que me tortura,
amor que me posee,
amor que me mata.
03
Temporal
Sergio Leclerc Fritz
Desde mi frío balcón
miro el mar rugiente
y la espuma blanca cubrir las rocas furiosamente.
Todo es poder y belleza,
en la furia de la naturaleza
y danzan con el viento grandes olas de excelsa belleza.
Cerca de mi balcón,
una gaviota lucha contra el viento peregrino,
un poco más allá,
aferrado a una roca,
un lobo marino.
Escucho a la tormenta decir;
¡Este es mi reino!
y frente el volcán Chaitén, furioso,
da a la tormenta un marco maravilloso.
Agudizo mis ojos
y a lo lejos unas velas blancas
como un despojo,
el frío mar cubre el blanco velero
y las olas
besan la playa con un beso certero.
05
Las hijas del viento
Sergio Leclerc Fritz
¿Qué tendrán
las inquietas hijas del viento?
Esas viajeras eternas,
de horizontes perdidos y lejanos.
Esas cristalinas y esbeltas bailarinas,
las vestidas de petreles
y coronadas de espuma.
Las que danzan sobre las aguas.
Que en un estallido
de mil luceros,
abrazan las eternas rocas.
¿Qué hechizo me embarga?
Que cuando el mar está en calma,
me confundo y me entristezco,
porque no están las inquietas olas.
¿Que tendrán esas diáfanas viajeras?
Que agitan mi alma
y me hacen soñar.
07
Romance de garzas y luna
Sergio Leclerc Fritz
¿Qué excelso mago
cubrió de garzas mi viejo naranjo,
cobijando de vida
al esplendoroso árbol?
Quizás las garzas visitaron sólo las flores de azahar,
tal vez quisieron ver la luna
o el mar a lo lejos,
en el grácil crepúsculo,
que ya se duerme en el regazo de estrellas.
Ya se siente el rocío de la noche
y la delicadas flores duermen
con sus arcoíricas mantillas de pétalos
y el silencio acompaña
a la luna que desde lo lejos
Ilumina, en una danza de luz,
a las garzas dormidas.
Y se esparce en el aire el perfume
de los azahares y del canto de los grillos
que esperan la aurora.
Quizás las garzas de nuevo
acompañen al viejo árbol
para verlas entre la luna y el aire perfumado
de azahares y cantos de grillos.

El poeta Leclerc, en una de la numerosas intervenciones en la Biblioteca Pública de Quellón
02
Las embajadoras
Sergio Leclerc Fritz
Cómo admiro a las insolentes moscas,
esas frívolas y libertinas,
las que igual suelen pararse en la sopa de un rey
o en las babas de un miserable
y felices bailan su danza, su baile de “zum zum”,
las mal criadas.
Las típicas aventureras de vidas desordenadas.
Y sé que no son ni derechistas
ni comunistas, las antisociales,
pues no hay quien las engañe.
Moscas, mariposas de los basurales,
hadas de clase baja,
negras luciérnagas de la pobreza.
Pero en veinticuatro horas se viven la vida entera.
Moscas felices,
sin rango, nunca esclavas,
entréguenos su ecuación para que nos cambie la vida.
Moscas,
arquitectas de su corta vida,
embajadoras de caballos, chanchos, y de los despreciados.
Valientes damas libertarias.
04
Ecos de Valparaíso
Sergio Leclerc Fritz
Respiro a Valparaíso,
ese con olor a pescado descompuesto
perfumado, de pobreza y quebradas,
ese de calles empedradas
que se pierden en subidas estrechas
en sus caminos de colores y sueños.
El de los gatos en los tejados
que decoran la luna
de maullidos y cantos
el de casas perfiladas por las luces
del nocturno puerto,
el de melodías taciturnas
salida de algunas viejas ventanas.
Recuerdo a Valparaíso,
el de los cerros,
Y luces, que en las noches claras
se funden con el cielo estrellado
el de rincones caricias y besos.
El de las eternas damas encarceladas
a sus risas amargas.
Respiro sus plazas
entre el verde claro y sus palomas
salpicada de marinos, perros y viejos
de ese antiguo puerto,
que se te prende en la piel,
como una llama que no te deja.
Y el recuerdo de esa mujer
que su figura se desvanece
entre tranvías y trenes.
Y respiro a Valparaíso
por los barcos que se alejan,
dejando los recuerdos
grabados como sus estelas,
en callejuelas selladas de suspiros y besos.
Pero tengo un sabor amargo
que no quisiera recordar.
En estos fugases ecos,
de cerros, viento y mar.
06
08
Canción de la lluvia
Sergio Leclerc Fritz
Cae la lluvia entonando melodías
de lagos violines y sapos ,
que eternamente seguirán su canto.
Pero que cantarán
en mis noches de tristezas
cuando mi alma llora,
sumida en sus penas.
¿Seguirá la lluvia?
¿Sentirá mi sufrir?
o se esconderá en una noche eterna
cual murmullo de tormentas y truenos.
Pero que le importa a la lluvia
mis noches amargas,
que bajo ella llora mi alma,
y eterna sigue, su monótona melodía
en un mormullo de charcos y sapos.